El éxtasis de Elsa Martin – ARQ 016

AÑO:

Desconocido

DIMENSIONES DE LA FOTOGRAFÍA:

Desconocidas

LUGAR DE LA FOTOGRAFÍA:

Desconocidas

FOTÓGRAFO/A:

Ignacio Hochhäusler

TÉCNICAS FOTOGRÁFICAS Y USO DE MATERIALES:

Desconocidas

ARTISTA fotografiada:

Elsa Martin

PROCEDENCIA DE LA FOTOGRAFÍA:

Indeterminada.

Descripción general:

La bailarina chilena Elsa Martin, junto a Ignacio del Pedregal, una de las bailarinas menos investigada de este período de la historia de la danza chilena, se formó en la Escuela de Danza de Mary Wigman en Dresden, Alemania la segunda mitad de la década del veinte. La danza libre, el exotismo, así como el Ausdruckstanz alemán fueron sus principales influencias. A partir de la década del treinta se unió a Andrèe Haas para impartir clases de danza en una Escuela en el Centro de la ciudad de Santiago. La imagen fotográfica de Hochhäusler, presumiblemente, de la década del treinta del siglo XX,  une el imaginario de los dos artistas generando un trazo pictórico del cuerpo danzado de gran valor para la historia de la danza chilena.

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ES

D#01

La cualidad borrosa, etérea y texturizada de la imagen fotográfica, en la que el cuerpo, en particular sus extremidades (brazos y pies) muestran movimiento en un tiempo de retardo. La imagen fotográfica está borrosa a la vista gracias al tratamiento de exposición a la que estuvo la imagen fotográfica. Da la impresión de que el tiempo de exposición, además de la iluminación artificial preparada previamente por el fotógrafo, perseguía una textura o granularidad en la imagen, además de la sensación de desenfoque que da la impresión de un carácter etéreo al cuerpo. El fotógrafo juega con el obturador de la cámara y las formas en que capta la luz de la imagen, desplegando un tiempo de exposición particular, quizás mínimo, basado en la búsqueda de un tiempo de retardo.

D#02

La materialidad que compone la  imagen fotográfica se presenta sobre una fina cartulina marrón sobre la que emerge la imagen de este cuerpo en movimiento/postura bajo las técnicas fotográficas sobre papel mate. En todas sus esquinas hay dobles orificios, al parecer fue fijado a alguna superficie que le da un poco de realidad, materialidad a la imagen. La gran pregunta es si la imagen fotografiada recibió tratamientos de postproducción. El tratamiento de la luz es tenebroso y los trazos que denotan la imagen, sobre una fina cartulina, depositados sobre papel fotográfico, acaban apareciendo en una penumbra.

D#01

Trazos suaves, pero con decisión y claridad podían estructurar su movimiento. Sus trazos de movimiento presentan una flexión del cuerpo que muestra contorsiones, fuerza y ​​tensión en ciertas extremidades como los pies y las manos. Estos últimos se expanden dialogando con el movimiento de todo el cuerpo y denotando una fuerte carga expresiva, gestual que fluye y que dialoga, como postura, con El éxtasis de Santa Teresa (1652) de Gian Lorenzo Bernini. El gesto de las manos dialoga directamente con el gesto propuesto por el rostro de la bailarina. Su corporalidad en movimiento muestra una resistencia y una oposición en la postura, una sensación de querer ir hacia arriba con el movimiento y su intención, pero la fuerza de las manos y el esternón hacen suelo, como si hubiera mucha conciencia en la oposición, como si sintiera tanto un lado del cuerpo que se expande como el otro que se retrae, se contrae para darle más espacio al lado del cuerpo que sube. También como disociando el tren inferior del tren superior que, entre su rostro y la postura de sus brazos y manos, propone una situación íntima que proyecta una energía dinámica y espiritual al mismo tiempo.

D#03

La figura difusa de una mujer que viste un vestido con apariencia de lienzo, en un máximo de 2 piezas. Son piezas de una tela en forma de velos que caen sobre su cuerpo, se expanden y parecen, junto con la iluminación proveniente de la parte superior derecha de la imagen, pinceladas de una pintura al óleo. La imagen fotográfica se nos presenta como un lienzo con trazos pictóricos. La textura del traje adquiere esa característica pictórica (de pinceladas) como resultado del tratamiento de luces y sombras que el fotógrafo despliega para esta fotografía en relación con la irrupción del cuerpo en la imagen.

D#04

La mujer se encuentra en una pose de expresión dramática que contorsiona su cuerpo, curvado desde las caderas hacia las de ella, los brazos pegados al pecho y el estómago con las manos extendidas. Una pose en la que su cuerpo curva su rostro, con los ojos cerrados, denota un compromiso introspectivo que se ve reforzado por la posición de sus brazos y manos extendidos sobre su pecho y estómago. Da la impresión de generar una intimidad propiciada por un gesto emotivo, expresivo, que brota de las manos extendidas y dialoga con el movimiento que presenta el cuerpo de la bailarina, así como con en un diálogo con su vestuario.

D#01

Trazos suaves, pero con decisión y claridad podían estructurar su movimiento. Sus trazos de movimiento presentan una flexión del cuerpo que muestra contorsiones, fuerza y ​​tensión en ciertas extremidades como los pies y las manos. Estos últimos se expanden dialogando con el movimiento de todo el cuerpo y denotando una fuerte carga expresiva, gestual que fluye y que dialoga, como postura, con El éxtasis de Santa Teresa (1652) de Gian Lorenzo Bernini. El gesto de las manos dialoga directamente con el gesto propuesto por el rostro de la bailarina. Su corporalidad en movimiento muestra una resistencia y una oposición en la postura, una sensación de querer ir hacia arriba con el movimiento y su intención, pero la fuerza de las manos y el esternón hacen suelo, como si hubiera mucha conciencia en la oposición, como si sintiera tanto un lado del cuerpo que se expande como el otro que se retrae, se contrae para darle más espacio al lado del cuerpo que sube. También como disociando el tren inferior del tren superior que, entre su rostro y la postura de sus brazos y manos, propone una situación íntima que proyecta una energía dinámica y espiritual al mismo tiempo.

D#05

Trazos suaves, pero con decisión y claridad podían estructurar su movimiento. Sus trazos de movimiento presentan una flexión del cuerpo que muestra contorsiones, fuerza y ​​tensión en ciertas extremidades como los pies y las manos. Estos últimos se expanden dialogando con el movimiento de todo el cuerpo y denotando una fuerte carga expresiva, gestual que fluye y que dialoga, como postura, con El éxtasis de Santa Teresa (1652) de Gian Lorenzo Bernini. El gesto de las manos dialoga directamente con el gesto propuesto por el rostro de la bailarina. Su corporalidad en movimiento muestra una resistencia y una oposición en la postura, una sensación de querer ir hacia arriba con el movimiento y su intención, pero la fuerza de las manos y el esternón hacen suelo, como si hubiera mucha conciencia en la oposición, como si sintiera tanto un lado del cuerpo que se expande como el otro que se retrae, se contrae para darle más espacio al lado del cuerpo que sube. También como disociando el tren inferior del tren superior que, entre su rostro y la postura de sus brazos y manos, propone una situación íntima que proyecta una energía dinámica y espiritual al mismo tiempo.