Sentada sobre un pequeño sillín de tela y madera, así como con un fondo de telón, la bailarina Tona Engel se presenta con un vestido de tela delgada y con un cintillo de flores. La pose, preparada para el retrato de cuerpo entero en reposo, remarca el relevé del Ballet que ella enseñaba a sus alumnas en el Teatro Municipal de Santiago.