Esta fotografía se trata más bien de un retrato. La bailarina Paquita Rodereda, junto a su maquillaje, lleva consigo distintos tipos de adornos que entremezclan un toque popular con uno exótico. Su rostro se encuentra de perfil, dejando ver la caída de las perlas que van atadas a la tiara de corte oriental que cubre toda su frente. Su traje blanco también acentúa el entrelazamiento de distintos atuendos y adornos culturales.