La estilización de los modos de vida considerados como “prehistóricos”, así como también aquellos comprendidos en la época como “primitivos” fueron uno de los elementos que jugaron un rol importante en lo que se considera el exotismo en danza. Fotografiada en 1926, Luisa Orgamena lleva puesto un vestido que imita la piel de leopardo y sandalias de cuero, que parecieran querer representar una mujer de la edad de piedra. Tanto maquillaje y los adornos en su cuerpo, así como los collares, brazaletes, tiara y el peinado, como también su postura corporal contribuyen a la estilización de la figura. Orgamena inclina su cuerpo hacia delante, dejando sus pies juntos y sus manos atrás, postura que recuerda algunas danzas populares y de salón de los años 20.