La imagen fotográfica de Georga Sauré, captura a la bailarina Andrèe Haas con un vestido largo de satín, ajustado a su cuerpo en la parte superior y de tela transparente en la parte inferior. Como suele ocurrir en la propuesta lumínica de Sauré, se presenta una sobreexposición de luz que permite apreciar el detalle de la tela, así como el fondo artificial creado para la captura de la imagen. Haas se presenta en una pose que destaca la neutralidad de su rostro que vuelve a mirar hacia un punto fuera de la fotografía, mientras despliega sus brazos hacia arriba, frente a su torso.